Parque Natural Fuentes Carrionas y Fuente Cobre - Montaña Palentina.
Situado en el eje de La Cordillera a la altura de los Picos de Europa, este macizo debe su nombre a los numerosos arroyos y fuentes, los cuales dan origen a un importante río, el Carrión.
El Espigüete es una de las montañas más hermosas de La Cordillera. Debido a su aislada posición, domina el paisaje circundante dejando muy por debajo cualquier otra cumbre de los alrededores. Su característica silueta se distinge bien desde los Picos de Europa, incluso a muchos kilómetros de distancia, siendo para muchos la más bella y alpina de las cumbres de la provincia. Esta mole caliza se levanta al oeste de Fuentes Carrionas, vertebrada al norte por espolones rocosos, corredores y paredes verticales de aspecto temible. Su falda oeste cae en la provincia de León pero el resto del macizo incluidas sus dos cimas, la oeste (2451 m), y la este (2444 m), son enteramente palentinas. Ascenderemos a su cumbre a lo largo de la arista noreste, de cerca de 4 kilómetros de longitud, nos aguardan bonitas emociones por el filo hasta coronar la cima. En el descenso bajaremos por la ancha canal orientada al sur (vía de la pedrera), atravesando luego horizontalmente la montaña por una buena pista (camino de la Binesa) que nos llevará al pueblo de Cardaño de Abajo. Desde aquí nos restarán poco más de 3 kilómetros por carretera hasta el aparcamiento de Pino Llano, nuestro punto inicial de esta dura y extraordinaria excursión.
Punto de partida: Pino Llano (1340 m).
Acceso: en la carretera que une los pueblos de Cardaño de Abajo y Cardaño de Arriba, pasados poco más de tres kilómetros del primero de ellos, encontraremos el aparcamiento de Pino Llano en el margen izquierdo de la carretera.
Distancia total: 14 kilómetros.
Desnivel: 1140 metros.
Tiempo ida y vuelta: 5h 30 min - 6 horas.
Pino Llano (1340 m).
En el aparcamiento cogemos el camino que se dirige a la Cascada de Mazobres.
¡Atentos! Apenas recorridos unos 70 metros por este transitado camino hallaremos a nuestra izquierda un vago sendero (hitos) que se dirige directamente al inicio de la arista.
¿Qué podemos contar?. Pues que la cosa se empina desde el comienzo, cogiéndonos con los músculos fríos todavía.
Llegamos a la parte rocosa, que ya no dejaremos hasta la cima. Tendremos que ayudarnos con las manos en algún paso.
Nos elevamos alcanzando más arriba un privilegiado balcón sobre la impresionante cara norte del Espigüete, donde ya es visible prácticamente toda la arista que debemos de recorrer hasta lo más alto.
El espectáculo queda garantizado sobre los aguerridos espolones y corredores de esta sombría vertiente.
Nos volvemos a poner en marcha tras este suculento plato visual para llegar al hombro Este de la cresta.
Sin dificultad remontamos una primera cota que nos acerca al tramo más espectacular de la arista.
Tendremos que realizar un sencillo destrepe (II) en una zona donde progresar por el filo se hace imposible.
Superado este obstáculo el trazado sigue su curso por esta bonita cresta. Hacia abajo podemos ver todo el recorrido de la arista que hemos ascendido hasta ahora.
La subida es continúa desde Pino Llano y eso se nota en las piernas, pero estamos contentos llegados a este punto.
Ponemos pie en la cumbre este (2444 m), desde la que distinguimos ya el vértice geodésico que identifica al Espigüete.
Con los abismos que se abren al norte descendemos unos metros para afrontar la parte más bonita y "delicada" de la ascensión.
En algún punto nos ayudaremos con las manos, pero la cresta no plantea ninguna dificultad. A nuestra izquierda dejaremos la pedrera de la cara sur que más tarde utilizaremos para descender.
ESPIGÜETE (2451 m).
Desde esta cima nada permanece oculto. Al sur el pantano de Camporredondo y las cimas de Peña Mayor y Peña Lampa. Hacia el este, en León, el embalse de Riaño y las montañas que lo circundan. Hacia el norte el Pico Murcia y las cumbres que marcan el límite territorial con León hasta las Agujas de Cardaño y Peña Prieta. El Curavacas domina con claridad al oeste todo este soberbio paisaje.
Dejando los cuatro puntos cardinales y mirando al cielo descubrimos un parapente surcando el viento.
Tras saborear el paisaje volvemos sobre nuestros pasos en dirección a la cumbre Este.
Iniciamos la bajada de esta preciosa montaña con un ritmo más alegre.
En el collado entre las dos cimas (hitos) tomamos un difuminado sendero a nuestra derecha entre la extensa pedrera que conforma la ladera sur.
Descenderemos con precaución por esta fuerte y resbaladiza pendiente, deslizándonos por el canchal paralelos al gran espolón sur de la montaña.
Os podemos garantizar que la pedrera es canalla y puñetera. El truco consiste en bajar por este árido desierto siendo lo suficientemente hábil para no pegarse un costalazo que pueda servir de mofa al compañero de viaje. A buen seguro que en este menester emplearemos toda nuestra atención.
Con las piernas más calientes que un adolescente en una de esas fiestas de miss camiseta mojada alcanzamos el camino de la Binesa. En este corto trecho hemos descendido brutalmente 750 metros de desnivel desde la cima.
Algo más relajados cogemos esta pista a la izquierda (este), intentando recuperar un poco el aliento.
Un largo peregrinaje de 4 kilómetros por la pista, o así se nos hizo a nosotros tras la dura bajada por la pedrera, nos lleva a las inmediaciones del pueblo.
Entramos en Cardaño de Abajo pasando por su plaza, donde existe una fuente que nos ayudará a paliar la sed que llevemos.
Seguimos andando por las calles de este pequeño pueblo.
Llegamos a las afueras de Cardaño de Abajo para tomar a la izquierda la P-210, en dirección a Cardaño de Arriba.
Ya solo nos queda arrastrar nuestro cansancio a través de la carretera hasta Pino Llano, donde dejamos el vehículo hace algunas horas, y donde con urgencia nos descalzaremos las botakas dándole algo de libertad y frescor a nuestros maltrechos pies. Esperando que os haya gustado esta tortutante actividad nos despedimos de todos vosotros hasta una nueva tontuna que se nos ocurra por la montaña.
Beti Aurrera. SALUD !!!