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PICCOLO LAGAZUOI (2778 m)


Piccolo Lagazuoi (2778 m). Travesía Galleria Lagazuoi - Sentiero dei Kaiserjäger (Gruppo di Fanis). Dolomiti d´Ampezzo.

LA MONTAÑA DE LA "GRAN GUERRA"

Durante la 1ª Guerra Mundial, concretamente desde mayo de 1915 hasta noviembre de 1917, la zona alrededor del Passo Falzarego se convirtió en un duro frente bélico, enfrentándose a corta distancia el ejército italiano y el austrohúngaro. Esta fue una guerra de posiciones con una línea casi continua de trincheras, cuarteles y varios trabajos improvisados, donde hubo pocos movimientos sobre el terreno. Durante cerca de tres años, incluyendo terribles inviernos, los soldados se enfrentaron entre crestas vertiginosas, soberbios barrancos, nieve, avalanchas, excavaciones y minas, con episodios de verdadero heroísmo. Si las posiciones eran esencialmente estáticas, a espaldas de la línea de combate todo era un hervidero de frenéticas operaciones y obras impresionantes de excavaciones y túneles en la roca con fines ofensivos. También se cavaron galerías con el propósito de refugio, almacén, alojamiento o puesto de combate, así como para volar los túneles enemigos, cuya construcción era continuamente audible. En este lugar se libró una de las batallas mineras más increíbles de la llamada "guerra blanca", la que tuvo a los Alpes como escenario y que, tristemente, más víctimas causó, por el congelamiento, el hambre y las adversidades naturales donde se desarrolló.

Los italianos mantuvieron su posición sobre las Cinque Torri y el Averau, mientras que los austriacos ocuparon la cima del Piccolo y Gran Lagazuoi y el Sas de Stria. A raíz de una acción del Mayor Ettore Martini, los Alpini italianos lograron ocupar la Punta Berrino, conquistando en octubre de 1915 una cornisa que cruza el muro sur del Piccolo Lagazuoi desde el oeste al este, una posición privilegiada que permitió controlar cada paso de los movimientos de la posición Vonbank de los austrohúngaros en defensa del Passo di Valparola, éstos intentaron rechazar al enemigo de esta cornisa, que era una auténtica pesadilla, ya que permitía a los italianos golpear desde arriba las trincheras austriacas. Posteriormente, la cornisa tomará el nombre de Martini, el principal artífice de esta ocupación. Con el tiempo la Cengia Martini se convirtió en una fortaleza completa, con albergues apoyados contra la roca con una capacidad para 140 hombres en total, equipándose con pasarelas, cocinas, comedor, almacén, teléfono, estación de teleférico, puestos de vigilancia y nidos de artillería. 

La lucha se prolongó en torno a la Cengia Martini durante tres años. La mayor parte de los esfuerzos de los austrohúngaros se concentró en el intento de echar a los italianos de la cornisa. Tras una serie de intentos fallidos y suicidas, los austriacos, entre enero de 1916 y septiembre de 1917, hicieron detonar desde arriba un total de cuatro minas, pero ninguna fue decisiva para lograr su objetivo. Los italianos, en un intento de ganar el Piccolo Lagazuoi, oradaron un largo túnel en la montaña para llevar grandes cantidades de explosivos lo más cerca del pico, haciendo estallar una mina en la noche del 20 de junio de 1917, pero no consiguieron su cometido de conquistar la montaña, siendo rechazados fuertemente por la artillería austrohúngara. Solo la retirada de los Alpini en el mes de noviembre de 1917 puso fin a la disputa. La construcción de la galería que conduce a la Antecima del Lagazuoi fue confiada a los tenientes Malvezzi y Cadorin, los mismos que dirigieron el trabajo en la mina Castelleto (túnel que hoy conduce al inicio de la ferrata Lipella en la Tofana di Rozes). La obra duró aproximadamente seis meses, durante los cuales se excavaron más de 1100 metros en la galería principal, así como otros conductos secundarios. 

La compañía Lagazuoi en 1996 inició los trabajos de restauración de la galería, menos de un año después, la "Alpine Coronel Mora", ayudó a abrir las galerías laterales y completó el trabajo del túnel principal, haciendo así más fácil el tránsito a los visitantes. Las fuerzas del ejército de Austria también contribuyeron en esta obra; el símbolo de la montaña de la "Gran Guerra" se ha convertido en un símbolo de paz y tolerancia. Tanto la galería como la cornisa que ahora lleva el nombre del Mayor Martini pueden visitarse gracias a esta labor.


INFOTOPÍA

Punto de partida
Puerto de montaña situado en la región de Veneto, en la provincia de Belluno. Dista unos 17 kilómetros de la populosa localidad de Cortina d´Ampezzo, y a unos 3 km del Passo Valparola, en la frontera con Trentino-Alto Adige.

Desnivel 
600 metros.

Distancia
7 kilómetros.

Tiempo 
4 horas en total.

Material 
Casco, guantes, linterna frontal y kit de vía ferrata (opcional).

Observaciones
Hay que tomárselo con calma para recorrer este camino que forma parte de la historia y la desolación provocada por los sufrimientos atroces de la "Gran Guerra". El pasaje de la Galleria Lagazuoi es único en Dolomitas, 1100 metros de túnel excavado en la roca por los italianos para poder conquistar la cima del Piccolo Lagazuoi, tomada por los austriacos. El descenso por el serpenteante Sendero dei Kaiserjäger, abierto por las tropas de montaña austriacas, y que servía como vía de comunicación entre el fondo del valle y las posiciones de gran altitud en el Lagazuoi, a través del cual se transportaban alimentos, municiones y material, nos servirá para llegar al valle, muy cerca del Passo di Valparola, donde transitaremos por las trincheras pertenecientes a la posición "Vonbank". Recorrido que permite acercarnos y vivir "in situ" los horrores de la guerra, recordando el triste enfrentamiento del primer conflicto mundial en este territorio. Desde el Passo Falzarego es visible, en concreto; mirando a la estación superior del teleférico, los destrozos físicos provocados en la montaña por los explosivos utilizados en esta contienda bélica.


Piccolo Lagazuoi (2778 m). Travesía Galleria Lagazuoi - Sentiero dei Kaiserjäger.

Passo Falzarego (2117 m) 

Partimos desde el aparcamiento situado detrás del edificio del teleférico, cogiendo a la derecha (norte) el sendero 402.


Continuamos subiendo al noreste siguiendo las indicaciones al Monte Lagazuoi y bajo la pared sur de la altiva Punta Berrino.


Alcanzamos las ruinas de la Base Punta Berrino, una de las muchas edificaciones con las que contaba el ejército italiano.


Abandonamos el sendero 402, girando drasticamente a la izquierda (NO), y siguiendo las indicaciones que llevan a la Galleria Lagazuoi. Podemos observar arriba, en la roca, alguno de los muchos agujeros abiertos por las tropas italianas.


Llegamos a un primer túnel, que deberemos de atravesar para continuar nuestro camino.


Ascendemos suavemente hasta alcanzar un estrecho sendero que transita por una repisa.


Este sendero en realidad es el principio de la Cengia Martini, con unas vistas estupendas al Nuvolau-Averau y a la Marmolada.


Llegamos a la entrada de la Galleria Lagazuoi, dejando a la izquierda la Cengia Martini, que se puede recorrer para visitar los restos de barracones, refugios y trincheras (muy recomendable).


La entrada a la galería sobrecoge por la oscuridad total que experimentamos y por la constante humedad que se deja sentir de inmediato.


Empezamos a sorprendernos, y nos vemos asomados mirando a través de las aberturas que servían de puesto de observación y tiro contra las tropas austrohúngaras.


Otros orificios permiten salir al exterior, fueron realizados como salida de la galería principal para las patrullas de soldados de asalto italianos después de hacer explosionar una mina.


Lo que antaño fue un frente de guerra, hoy se ha convertido en un museo realista de las vicisitudes vividas en aquella época. 


Frente a nosotros, vemos como la cabina del teleférico se desliza sobre los cables, transportando hasta lo más alto a las "esforzadas" masas de turistas.


Volvemos al exterior aprovechando una de de las galerías de artillería. Desde aquí los cañones abrían fuego hacia la montaña de enfrente, el Sas de Stria, tomada por los austriacos.


La salida de la Galleria Lagazuoi nos lleva definitivamente a la luz, que incluso llega a molestar, tras tanto tiempo encerrados en la oscuridad. 


 Divisamos la estación superior del teleférico a poca distancia de la salida del túnel.


Pasamos por posiciones de la 1ª Guerra Mundial, dando vista al Gran Lagazuoi y a la enorme masa del Gruppo di Fanis.


Al este, la prodigiosa imagen del célebre Gruppo delle Tofane es impactante e inolvidable. Una de las ferratas más espectaculares de Dolomitas es la "Giovanni Lipella", que transcurre por la pared oeste de la Tofana di Rozes, y que tuvimos la fortuna de realizar. 


Tras un buen rato de contemplación, seguimos en busca de la cima tan codiciada por los italianos en aquella dura contienda.


Dejamos atrás el refugio Lagazuoi (2752 m), incorporándonos por el camino al ruidoso "rebaño" que transita entre la estación del teleférico y la cima.

Piccolo Lagazuoi (2778 m).

Alcanzamos la cumbre, estéril y plana, donde para más "inri" (nunca mejor aplicado), han puesto a la vista del personal al chorbo que presumiblemente murió por todos nosotros crucificado. ¡Montañas agnósticas ya!. Cambiando de tema, las vistas son fantásticas hacia donde se mire, de este a oeste: la Torri del Falzarego, Le Tofane; más allá las Cinque Torri, Averau-Nuvolau, la Civetta y la Marmolada. El paisaje es todo un espectáculo, no menos la "fauna" circundante, digna de un estudio sociológico pormenorizado.


Desde la cima seguimos al noroeste las indicaciones del Sentiero dei Kaiserjäger, descendiendo por el lado de la montaña que estaba tomado por las tropas austrohúngaras.


Franqueamos una brecha, variando totalmente el rumbo hacia el SE y metiéndonos de lleno en el sendero de los austriacos, éste es un paso estrecho y aéreo abierto al abismo.


Dejamos atrás el estridente e insoportable gentío, lanzándonos raudos en un acusado descenso.


Perdemos metros en poco tiempo, llegando a un espectacular pasaje de la guerra. Cruzamos un puente colgante de unos 15 metros de longitud (reconstruido en el mismo lugar del austriaco original). 


Descendemos por un terreno bastante empinado que se encuentra apuntalado con maderos que ayudan a progresar con seguridad.


Una mirada atrás, y hacia lo más alto, nos da una visión real del Sentiero dei Kaiserjäger, el camino que los austrohúngaros forzaron en esta vertiente para alcanzar la cumbre.


El paisaje es simple y llanamente alucinante, con esa gama de colores y tonalidades que solo hemos encontrado en Dolomitas. Destaca el Averau, otra montaña cercana al Passo Falzarego, su cima se alcanza con facilidad gracias a una vía ferrata.


El pasaje del puente colgante, que sirve para cruzar la enorme canal que baja desde la montaña, queda ya muy arriba.


Estamos prácticamente abajo, en el valle, y como si el tiempo se hubiera detenido, atravesamos perplejos las trincheras de la posición "Vonbank" del ejército austriaco. El Sas de Stria al fondo.


 El Passo de Falzarego queda ya muy cerca y aprovechamos para dar un vistazo final a la muralla que tenemos por encima. El pico, desgarrado, sobrecogedor y tétrico, con las cicatrices que los hombres dejaron en él; sigue ahí, viendo pasar el tiempo. Alrededor, y en las mismas entrañas de la montaña, se escribió una más de las páginas negras de la humanidad... una página que desgraciadamente se repite y no tiene final.


"El sonido de la explosión no se apaga, se extiende sobre la repisa como un tren que entra ruidosamente en un túnel sin fin, un rugido infernal nos da la sensación de que la montaña se derrumba sobre nosotros".

(Lagazuoi, 16 de septiembre de 1917. Testimonio de un Alpini).

Saluti e Grazie. ¡Arrivederci!