MIDI D´OSSAU (Pyrénées - Atlantiques).
El Midi d´Ossau surge de un océano de verdes pastos separado de la cadena fronteriza, mostrándose como el pico más bonito e impresionante del Béarn, y seguramente que de todo el Pirineo, además, presenta una vía normal que no puede ser calificada de fácil por los senderistas. La travesía Petit Pic - Grand Pic es un itinerario de alta montaña de los más hermosos que se pueden realizar en los Pirineos a un nivel medio de dificultad. Añade a la escalada espectacular del Petit Pic por la cresta de Peyreget la de la cara SO del Grand Pic por encima de La Fourche. La dificultad en roca oscila entre el II y III sup. en buena roca. El trazado es algo complicado, sobre todo en los tramos menos difíciles, donde se pasa un poco por todo en este cuadro tan austero y majestuoso. Gran recorrido clásico altamente recomendable.
Acceso: remontar el Valle de Tena (Aragón) por la A-136 hasta el paso fronterizo del Portalet, pasar a territorio francés y descender un kilómetro por la D-934 hasta encontrar a la derecha el aparcamiento del centro pastoril de Anéou, donde estacionaremos el vehículo.
Material: cuerda simple de 60 metros, un juego de fisureros, algún katxarro (friends), seis cintas exprés y drizas largas.
Para realizar esta actividad habrá que prever una dura jornada de al menos 10 horas de kaña de la buena. Un día largo y fatigoso, pero a buen seguro que inolvidable. Desnivel: 1600 metros.
Bajar para atravesar el puente sobre el torrente y subir hacia el norte en numerosos zigzags hasta el Col del Soum de Pombie (2110 m), desde donde es ya visible la Arista de Peyreget (a la izquierda) y la enorme muralla del Midi d´Ossau.
El camino desciende suavemente para alcanzar el Refugio de Pombie (2032 m).
Por detrás del refugio existe una fuente, donde aprovechamos para coger agua. Contorneamos el Lac de Pombie por la izquierda y seguimos al oeste el sendero del Col de Peyreget.
En la subida llegamos a atravesar algún nevero.
A nuestra derecha vemos la gran muralla de Pombie, por donde transcurren prestigiosas vías de escalada.
Según ascendemos el paisaje nos absorbe y paramos para admirar la grandiosidad de esta montaña.
Llegamos al Col de Peyreget (2320 m). Saldremos del camino para girar a la derecha.
¡ATENCIÓN!. Tendremos que elevarnos para ir hacia una brecha situada a la izquierda de la Pointe Emmanuelle. Por pendientes herbosas muy empinadas tendremos que buscar el mejor paso que defiende el acceso a dicha brecha.
Ponemos pie en la brecha para franquear la cresta en este punto, saliendo bruscamente enfrente del Circo Sur y el contrafuerte sur del Grand Pic. Aquí da comienzo la Arista de Peyreget.
¡ATENCIÓN!. Tenemos que descender una treintena de metros por la vertiente del Circo Sur, bordeando las peñas de la izquierda (hitos). A principios de temporada el nevero puede ocultar el itinerario, sí es así habrá que progresar por la rimaya con cuidado para llegar a terreno más firme.
Nos metemos de lleno en el "fregao". Siempre atentos a los hitos.
Es increible moverse dentro de este gigantesco universo mineral.
El itinerario es algo complicado, llegando a atravesar un corredor de piedras inestables, expuesto y peligroso.
Más arriba a través de una brecha pasamos a la vertiente contraria.
Continuamos trepando por unos grandes bloques.
Nuestra posición nos coloca frente a la Mano de Peyreget (Arista de Flammes), colgada en la vertiente este del Petit Pic d´Ossau.
En este punto aparece ante nosotros el trecho final hasta el Petit Pic. Parece bastante complicado hasta la cumbre.
Nos acercamos hacia la muralla que se eleva bruscamente en busca de la cima.
El reto está en superar un diedro-chimenea (III sup.) que se empina de golpe.
Superado este obstáculo se llega a una especie de circo caótico con piedras de todos los tamaños, progresamos con cuidado para no arrojar misiles.
¡ATENCIÓN! - PASO CLAVE. Salimos frente a unas paredes que nos cierran el paso. Hemos de franquear a la derecha una brecha, para descubrir unos metros más abajo la Gran Chimenea final.
Los diez primeros metros de la Gran Chimenea son los más difíciles (III sup.), en buena roca.
Salimos de la chimenea para seguir trepando entre bloques, con la demoledora e impactante imagen de la cara SO del Grand Pic d´Ossau. No hay Palabras.
Exultantes y llenos de satisfacción coronamos esta bella cúspide.
Desde aquí el Grand Pic d´Ossau destaca poderoso, desafiante, impertérrito. Intentamos averiguar el trazado más lógico que nos permita ascender a su cumbre. El tramo clave se encuentra en la escalada de las famosas Placas Blancas que vemos abajo, en un cuadrado a la izquierda de la imagen.
Tras saborear el paisaje nos damos kaña, aún nos queda un buen trecho, así que emprendemos la bajada del Petit Pic descendiendo por los bloques para llegar al primer rápel, donde coincidimos con unos mendas de Bilbao. Con cuidado esta sección se puede destrepar, no sin riesgo, claro está.
Nosotros disponemos de una cuerda de 60 metros y esto nos obliga a realizar un segundo rápel, después hay que avanzar con mucha precaución por el gran plano inclinado de la pared (impresionante y expuesto).
Pasamos cerca de la entalladura de La Fourche para dirigirnos directamente a las Placas Blancas.
PLACAS BLANCAS. Atravesamos de derecha a izquierda las placas oblicuas (III/III sup.), más impresionantes que difíciles, aprovechando una línea de fracturas providenciales.
Tras las Placas Blancas se escala una chimenea que desemboca ya en terreno más fácil pero bastante confuso.
Vemos el perfil imponente del Petit Pic d´Ossau, la esbelta cima de donde venimos.
Buscaremos un paso más factible y rápido donde no sea necesario utilizar la cuerda para progresar, ya que esto ralentiza mucho la marcha. Giramos a la derecha introduciéndonos en una estrecha canal, para seguir trepando hasta salir muy cerca de la cresta del Grand Pic.
Ponemos pie en la cresta final que conduce fácilmente hasta el punto más elevado de esta clásica travesía pirenaica, una de las más bellas que existen en este macizo.
GRAND PIC D´OSSAU / POINTE D´ESPAGNE (2884 m).
Por fin en la cima nuestro esfuerzo se ve ampliamente compensado por este maravilloso entorno que rodea a una de las montañas más emblemáticas y míticas de los Pirineos, y por las vivencias acumuladas durante esta bella jornada. Todavía nos queda un duro descenso por la vía normal, que afrontaremos con auténtica y verdadera plenitud tras este magnífico recorrido, donde hemos aprendido algo más de nosotros mismos. DALE A LA VIDA UNA BUENA RAZÓN, Y NO PREGUNTES CÓMO TIENES QUE HACERLO.