Vestigios de la era del Artificial
El risco de La Familia es una reliquia más de la fantástica Pedriza, solo visitado por los curiosos y nostálgicos de otros tiempos, entre los cuales nos incluimos. Si el tiempo no se puede detener, al menos podemos emular a los pioneros de esta pasión llamada escalada, que a la hora de afrontar el ascenso a un risco de apariencia inaccesible, se las ingeniaron con la invención del buril; esto es, y resumiendo, un simple tornillo encastrado a base de golpes en un orificio hecho a una roca. De la cabeza que sobresale del tornillo, se ajusta un fino cordino o en su defecto el cable de acero de cualquier fisurero de pequeño tamaño. De éste, se cuelga un estribo para que el escalador pueda vencer la dificultad, y subiendo al peldaño más alto, volver a repetir la maniobra, hasta dar por superado el tramo "imposible" en cuestión. Siguiendo los pasos de aquellos precursores, y desarrollando sus antiguas artes, nos asomamos a la historia, acercándonos al risco de La Familia por el simple placer de subir a su cima y de disfrutar de un día pedricero sin más.
Desde Madrid por la M-607 dirección Colmenar Viejo, desviándonos más adelante por la M-609 hacia Soto del Real, tomando a continuación la M-608 dirección Manzanares el Real. Sin entrar al pueblo, seguir por la M-608, hasta encontrarnos con un cartel indicativo que señala la dirección a coger para alcanzar el enclave de La Pedriza. Es importante señalar que existe un control de acceso (barrera) a la carretera de 7 kilómetros que lleva al aparcamiento de Cantocochino, éste se halla limitado por horarios que varían de verano a invierno (informarse).