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Torre di Toblin (2617 m) y vuelta a las Tre Cime di Lavaredo


Ferratas Scalette y Feldkurat Hosp a la Torre di Toblin (Toblinger Knoten, 2617 m) y vuelta a las Tre Cime di Lavaredo - Dolomiti di Sesto.

La Torre di Toblin viene a ser una diminuta figura en contraste con la magnitud de las cumbres que la circundan, sin embargo, desde su cúspide ofrece un amplio y sugestivo panorama, permitiendo una increíble mirada hacia las famosas caras norte de las Tre Cime di Lavaredo. Esta torre fue un excelente observatorio artillero y posición clave en la defensa austrohúngara del sector, de ahí que la invasión italiana de 1915 (Primera Guerra Mundial), a partir de una raya fronteriza, que pasaba por la línea de cumbres de las Tre Cime y el portillón de la Forcella di Lavaredo, convirtiera a esta torre en su objetivo. En los intentos de rebasar por los flancos las verticales paredes de este peñón fortificado, la infantería italiana - los legendarios Alpini - resultó diezmada por el certero fuego de sus temibles contrincantes, los Tiradores Territoriales o Standschützen. Los invasores se tuvieron que resignar a hacer vida de topo en las entrañas del Sasso di Sesto (Sextnerstein), trescientos metros al sur de la Torre, y más bajo que ella, con lo cual se hallaban constantemente batidos desde arriba por las ametralladoras y fusiles tiroleses, motivo por el cual éstos lo habían abandonado voluntariamente.

Del encarnizamiento con que se luchó en esta zona puede dar idea el hecho de que en las condiciones árticas de un invierno en alta montaña, los Standschützen tiroleses, haciendo túneles bajo los metros de nieve que cubrían la meseta, lograron aproximarse sin ser detectados a las posiciones italianas del Sasso di Sesto, bajo la Torre di Toblin, y asaltarlos por sorpresa, siendo rechazados tras horas de feroces combates a cuchillo en la red de galerías subterráneas abiertas en la peña por los Alpini. La actual Ferrata delle Scalette (Leiternsteig), sigue el trazado de la histórica vía de acceso fuera de tiro, que facilitaba el suministro, municionamiento y relevo de la guarnición austrohúngara de la cima. La vía de bajada, mucho más fácil, lleva el nombre del ideador de su recorrido, el popular y muy condecorado capellán tirolés Feldkurat Hosp.


TRE CIME DI LAVAREDO - DREI ZINNEN

En los Dolomiti di Sesto encontramos la trilogía más famosa de todos los Dolomitas: las Tre Cime di Lavaredo, visita obligada de montañeros y escaladores. En los vertiginosos desplomes de la cara norte de la Cima Grande y de la Oeste viene reflejada toda la historia de la evolución de la escalada, siendo testigo y escenario de asombrosas ascensiones por parte de míticos escaladores como Dülfer, Comici, Dimai, Cassin, Dibona, Lacedelli, Desmaison, etc.

Primeras ascensiones
  • Cima Grande / Grosse Zinne (Paul Grohmann, Franz Innerkofler y Peter Salcher - 21 de agosto de 1869).
  • Cima Ovest / Westliche Zinne (Michel Innerkofler y G. Pioner - 21 de agosto de 1879).
  • Cima Piccola / Kleine Zinne (Michel y Hans Innerkofler - 25 de julio de 1881).
Las rutas de estos tres primeros ascensos son actualmente las vías normales de acceso a estas codiciadas cimas.

El gran Emilio Comici junto con los hermanos Angelo y Giuseppe Dimai, escalaron por vez primera los 500 metros de la cara norte de la Cima Grande en agosto de 1933 (una de las más prestigiosas de todos los Alpes), tras una ascensión que se prolongó tres días y dos noches, donde utilizaron pitones en los 250 metros del incesante desplome, causando una revolución en los conceptos existentes hasta el momento. Era la adaptación a los extraplomos dolomíticos de las técnicas que los escaladores germanos-austriacos utilizaban en sus macizos calcáreos, y por tanto la ascensión no estuvo exenta de polémica por el extensivo uso de pitones. 


La "Gran Guerra" y Sepp Innerkofler

Todo el recuenco norte de las Tre Cime fue en la Primera Guerra Mundial escenario de violentos combates. La Forcella di Mezzo, al oeste de las Tre Cime, dividía Italia de Austria. El primer día de la guerra en Dolomitas (25 de mayo de 1915), los italianos repelieron el primer ataque austriaco. Los Alpini italianos, dispuestos a ganar posiciones, dedicaron el mes de julio a transportar y colocar un colosal faro en la Cima Grande di Lavaredo, destinado a dar luz de repente en el ataque nocturno que habían planeado frente a la gran explanada que se halla delante del refugio Tre Cime. En el asalto italiano resultó incendiado el refugio, y continúo así en los días siguientes a la ocupación de la cuenca.

Sepp Innerkofler (propietario y famoso guarda del refugio, escalador formidable y autor de varias vías en los Dolomit di Sesto), inicio la ascensión al vecino Monte Paterno ante las largas llamas en una amarga retirada, mordiendo su pipa y en silencio. Estuvo en la cima un largo tiempo, observando con pena como su refugio era arrasado y tragado por el fuego, hasta que se decidió a bajar de la montaña. Del otro lado del Monte Paterno llegó el Alpini Piero De Luca, que al percatarse de la presencia del austriaco, cogió una piedra grande y se la arrojó, Sepp Innerkofler recibió un golpe directo y cayó hacia atrás, su cuerpo se desplomó contra el suelo y quedó atascado en la Chimenea Oppel sin vida. Más tarde un joven escaló por las rocas para recuperar su cuerpo, era el hijo del gran Sepp Innerkofler, el hombre (por encima de todas las fronteras) más maravillosamente osado, y el más formidable guía de "sus" Dolomitas, que habitaba en la más bella casa del mundo ¡¡¡ Delante de la Fantástica Trinidad !!!  En el Imperio de los Dolomitas. Nadie puede decir con certeza como se produjo la muerte del famoso guía, la versión aquí relatada es una de las más difundidas entre los diferentes testimonios que existen.

ACCESO
Desde Cortina d´Ampezzo, tomar la SR-48 atravesando el Passo Tre Croci. En un cruce, coger a la izquierda la SP-49 con dirección a Dobbiaco, llegando más adelante a los hoteles y al lago de Misurina. Atravesar hacia el norte Misurina, tomando a la derecha la carretera que conduce en menos de dos kilómetros frente a la barrera que da acceso a la carretera de peaje (precios abusivos) a las Tre Cime di Lavaredo, y que en fuerte pendiente sube hasta las inmediaciones del Refugio Auronzo. En Misurina disponemos de un servicio de autobús (Dolomiti Servizio Navetta per le Tre Cime) que nos puede resultar más rentable. Informarse de precios y horarios.

INFOTOPÍA

Punto de partida 

Desnivel
750 metros.

Distancia
13 kilómetros.

Tiempo
5 a 6 horas, ida y vuelta.

Material
Casco, guantes y kit de vía ferrata.

El recorrido de las Tre Cime está ampliamente masificado y frecuentado, sobre todo en época estival. El amante de la paz y el silencio se encontrará bastante descolocado aquí, en esta meca de la escalada la ausencia de tranquilidad es bastante patente; pero por otro lado, un viaje a Dolomitas sin la visita a las celebérrimas caras norte de las Tre Cime no podría entenderse. Es el precio a pagar.

En Dolomitas es bastante frecuente la aparición de tormentas a mediodía o por la tarde (algunas de carácter fuerte), lo que puede originar un cambio brusco de tiempo e incrementar el riesgo de hipotermia. Realizando una vía ferrata no podremos retirarnos con la misma rapidez que en un sendero, hay que tener presente que una sola chispa eléctrica que salte desde una nube de tormenta puede convertir toda una ferrata en una línea de alta tensión. 


Torre di Toblin (Toblinger Knoten) y vuelta a las Tre Cime di Lavaredo (Drei Zinnen).

Refugio Auronzo (2330 m)

Partimos desde uno de los aparcamientos cercanos al refugio.


Tomamos el sendero 101 en dirección NE, acompañados en todo momento por el excesivo ruido que emite el gentío.


Entre nubes altas despierta el día, apareciendo la cara sur de la Cima Ovest (Cima Oeste u Occidental).


Sin apenas desnivel se llega en poco tiempo a la Capilla degli Alpini, dedicada a la "Madonna della Croda", próximo a ella, encontramos el monumento erigido en 1969 a la memoria de Paul Grohmann recordando el centenario de su primera ascensión a la Cima Grande (vía normal actual).


Observamos la vertiginosa proa SE de la Cima Piccola, alzándose majestuosa, desafiando a todo aquel que pasa por delante, por aquí transcurre la mítica y famosa ruta del Spigolo Giallo (Espolón Amarillo), abierta en 1933 por el inigualable Emilio Comici junto con Varale y Zanutti.


Seguimos caminando por este antiguo sendero de guerra hacia la Forcella di Lavaredo. 


¡No!, No es Ibiza en agosto, es el refugio Lavaredo, asaltado por tropas de turistas perfectamente ataviados y perfumados.


Frente al refugio Lavaredo se erige la Cima Piccolissima, donde un par de cordadas están ante el reto de la clásica vía Preuss - Relly, abierta en 1911.


Alcanzamos la Forcella di Lavaredo (Paternsattel), desde este punto ya vemos asomar tímidamente las famosas caras norte.


A nuestra derecha sobresale la mole del Monte Paterno (Paternkofel), célebre frente de guerra que hoy se encuentra atravesado por la "Ferrata Innerkofler", y cuyos caminantes vemos aparecer y ocultarse entre sus continuas galerías.


No entraba dentro de nuestros planes, pero es del todo inevitable... Queremos ver, tocar y pasear bajo estas míticas moles, donde se ha gestado parte de la historia de la escalada, no encontramos excusas para dejar de hacerlo estando aquí. Abandonamos el sendero 101 para coger un vago sendero que discurre por la base de estos poderosos titanes.


Nos plantamos bajo los extraplomos de la Cima Grande, donde hay que estirar bien el cuello para observar esta increíble pared.


La particular estructura de esta roca dolomítica es extraña, con pequeños desplomes y presas invertidas, amén de una roca menos fiable que la palabra de un político en plena campaña electoral.


Seguimos caminando en dirección oeste, encontrándonos en el sector donde arranca la famosa y popular ruta abierta por Comici en 1933. Más adelante, en el extremo derecho de la pared, se halla la vía abierta por Hans Dülfer en 1913, otra clásica de aúpa.


Recorrida la base de la Cima Grande, decidimos bajar a degüello por la inestable pedrera de la Grava Longa, ante la imponente cara norte de la Cima Oeste.


Volvemos a conectar con el sendero 101 para seguir las indicaciones que llevan al refugio Tre Cime, pasando por la Forcella Passaporto (Passportenscharte), donde se obtiene una buena visión de la "Fantástica Trinidad".


Cima Grande / Grosse Zinne.
La vía más sencilla es el Spigolo Dibona, abierta en 1909, y recorre el lado izquierdo de la torre (espolón NE). 


Cima Ovest / Westliche Zinne.
La primera escalada por la cara norte la realizó Ricardo Cassin y Vittorio Ratti en agosto de 1935.


Al norte, vemos el refugio Tre Cime y la Torre di Toblin, por debajo de ella se aprecia el peñasco de Sasso di Sesto con los túneles abiertos por las tropas italianas en la "Gran Guerra".


Llegamos al Refugio Tre Cime (Drei Zinnen Hütte, 2405 m), también llamado Locatelli - Innerkofler, donde existe una placa en recordatorio al querido guarda y guía Seep Innerkofler. Seguimos las indicaciones que llevan a la vía ferrata Scalette.


Dejamos a nuestra izquierda el Sasso di Sesto (Sextnerstein) para continuar subiendo bajo la pared sur de la Torre di Toblin.


Recorremos en su totalidad la base de la cara oeste, al final de la cual se halla una cruz en recordatorio a los "Standschützen" tiroleses, próxima a la entrada de una galería.


Pasamos a la sombría vertiente norte, recorriendo una estrecha repisa que da inicio al Sentiero delle Scalette.


La vía ferrata Scalette comienza por un diedro con escasos agarres, superando cortos trechos asegurados mediante cable de acero.


Subimos la primera escala que nos deja en una repisa que recorremos hacia la izquierda.


Continuamos por la primera serie de escalas de la chimenea norte (vertical y aéreo).


Por una estrecha faja equipada con clavijas, realizamos una travesía, hasta alcanzar la segunda serie de escalas.


Por el borde izquierdo de una chimenea superamos un pequeño extraplomo con la ayuda de una última escala.


Torre di Toblin / Toblinger Knoten (2617 m).
Llegamos a lo que fue apostadero de cumbre de las tropas austrohúngaras durante el primer conflicto mundial. Esplendidas vistas hacia los cuatro puntos cardinales, y en especial a las Tre Cime di Lavaredo.


Inmenso e inigualable panorama el que llegamos a disfrutar mirando al este, donde emerge la Cima Undici (Elferkofel).


Para bajar, tomamos al sur un cable que da comienzo al aseguramiento de la vía de descenso (Sentiero Feldkurat Hosp).


Seguimos más adelante por el flanco este de la torre.


Ayudados por el cable, descendemos secciones menos vertiginosas que las que hemos encontrado en la vía de ascenso.


Alcanzamos el antiguo "apostadero de las águilas" ("Adlerwache") del ejército austrohúngaro.


Sin dificultad destacable, llegamos al pie de la torre, recorriendo el flanco este en dirección al refugio.


Llegamos de nuevo al histórico Refugio Tre Cime (Drei Zinnen Hütte).


Desde el refugio descendemos al "Piano di Rienza" para tomar la senda 105 (Alta Vía Dolomiti 4), continuando con nuestro periplo (S-SO), que consiste en dar la vuelta a las Tre Cime por la vertiente norte pasando por la Forcella di Mezzo hasta alcanzar el refugio Auronzo, nuestro punto de partida.


En adelante iremos sumamente entretenidos, recorriendo este sendero panorámico que mira a las caras norte de las Tre Cime di Lavaredo


Detalle de los dos grandes extraplomos de la Cima Ovest, por el segundo de ellos (con más de 40 metros de recorrido) discurre la famosa y desafiante vía Pan Aroma (2007), abierta por el excepcional escalador alemán Alex Huber, y que en su parte inferior coincide con la vía Bellavista (2001), también realizada por este escalador bávaro.


Subiendo hacia la Forcella di Mezzo, nos vemos sobrepasados por uno de los guardas del refugio Tre Cime, que por estos lares transportan el avituallamiento y la basura generada en motocicleta, nada de ir a pata o en mulo como se estila por otros sitios, aquí el ecologismo se lo pasan por el arco del triunfo.


Siguiendo sin pérdida alguna la senda 105, traspasamos la Forcella di Mezzo, alcanzando la vertiente SE con dirección al Refugio Auronzo. En un lateral del camino encontramos multitud de hitos levantados por algunos caminantes que nos precedieron. Sin dudarlo, nos dispusimos a recoger piedras, que luego utilizamos para crear una nueva torre de guijarros que sirviese de testigo de nuestro efímero paso por estas tierras.


Las luces del ocaso nos regalan una estampa final para guardar en la memoria y que nos sirve de despedida.


Saluti e Grazie ¡Arrivederci!.

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