Arista Este del Dado y Cresta del Pico San Bernardo o Pico Cortado - Sierra de Callosa (Comunidad Valenciana).
Alzándose de manera brusca, dominando la Vega Baja del Segura, emerge la Sierra de Callosa, con fuertes desniveles, profundos barrancos y ramblas descarnadas por la erosión del tiempo, donde la vegetación queda condicionada por la aridez del clima semiárido. Estas montañas descubiertas de masa arbórea tienen cierta similitud a las del viejo Continente Africano, la luz rojiza que al atardecer desprenden sus paredes, unido al desértico y árido entorno, no hacen más que confirmar esta percepción que nos llevamos en una primera impresión.
La localidad de Callosa de Segura vive abrazada al Pico San Bernardo, desde sus calles la pesada masa calcárea ocupa gran parte del horizonte, destacando al este la arista que nos proponemos escalar, elevándose fuertemente hasta contactar con la cresta que luego recorreremos íntegramente hasta conquistar la cumbre. El grado relajado de la escalada contrasta con la verticalidad que la arista mantiene en ciertos tramos. Roca adherente y buena en general.
INFOTOPÍA
Punto de partida
Tiempos
40 minutos desde la población hasta el lugar donde montamos la R0.
2h 45 min. desde la R0 hasta la cima.
50 minutos para el descenso a través del PR.V- 54.2.
Longitud
5,30 kilómetros.
Desnivel
470 metros.
Material
Cuerda, un juego de katxarros (friends), cintas exprés, cordinos o cintas largas y pies de gato (opcional).
Observaciones
Escalada "urbana" acompañada de ruido en general. Si tenéis algo de autoestima y vuestras facultades mentales no se encuentran aún muy mermadas, como es en nuestro caso, evitad hacer cualquier actividad física por este entorno en días calurosos, ya que el jamacuco calorífico que os puede dar es de órdago.
Arista Este del Dado y Cresta del Pico San Bernardo.
Callosa de Segura
Salimos con los bártulos cargados a la espalda desde la Calle La Cruz, tomando seguidamente en ascenso la estrecha Calle Doctor Fleming.
La calle concluye en una pista, que cogemos a la derecha, en dirección a la población de Cox.
Abandonamos la pista en breve, remontando penosamente, y a matxete, la empinadísima ladera que nos lleva a la arista este, visible en todo momento.
Alcanzamos el hombro de la arista este, donde el terreno se eleva ya de manera notable, un parabolt señala la R0. Sacamos la cuerda y demás arreos de escalada.
Comenzamos la escalada subiendo con clara tendencia a la izquierda. Más arriba desembocamos en los abismos ocultos de la vertiente sur, elevándonos en un bello y mantenido largo con algún paso de III+/IV en roca excelente, sorprendiéndonos la inesperada verticalidad del terreno. Nosotros aprovechamos al máximo la longitud de la cuerda de 60 metros que llevábamos, montando la R1 con katxarros en un estrecho nicho algo incómodo.
El largo 2 sigue la tónica de su antecesor, hasta una amplia repisa donde encontramos el segundo parabolt que existe en la arista. Con una cuerda de 70 metros es posible hacer el primer largo e instalar la R1 en este punto, mucho más cómodo que donde lo hicimos nosotros, amén de necesitar menos katxarrerio para montar la reunión. Desde esta repisa el terreno comienza a perder verticalidad y grado hasta alcanzar mucho más arriba unas gradas, donde se sitúa otro parabolt (el tercero en toda la vía), y que aprovechamos para montar la R2 a placer con vistas "fantásticas" al desaforado urbanismo de Callosa de Segura. Aquí nos movemos en las antípodas de la montaña tranquila y alejada de la jauría humana que tanto nos chifla a nosotros particularmente.
Una vez recogida la cuerda y demás katxibatxes, trepamos los pocos metros que nos quedan para llegar a la cresta horizontal que debemos de recorrer hasta la cima del Pico San Bernardo.
El principio de la cresta es ancho, lo que ayuda a avanzar bastante rápido.
Seguimos por el filo de la cresta del Pico San Bernardo, el cual es patente al fondo.
Por debajo de nosotros, y en un lugar imposible de la cara sur, vemos perplejos como mamá cabra amamanta a su prole.
En el recorrido se suceden constantes trepadas con algún que otro destrepe sencillo.
Parece que hoy toca tratado de zoología. Por sorpresa, y sobre una cálida roca; inmutable a la visión de estos dos humanos que suscriben su presencia en este caprichoso sitio, observamos un precioso lagarto de tonos grisáceos.
Continuamos con nuestra absurda y cálida aventura, encontrándonos ya cerca del final, donde la cresta se estrecha algo más.
Pico San Bernardo / Pico Cortado (460 m).
En la cumbre disfrutamos de las vistas y aprovechamos para alimentamos un poco. El sol implacable nos ha llevado a consumir todo el agua que traíamos; miramos de reojo los recipientes vacíos, cómo sí con esa acción fuesen a rellenarse milagrosamente y así poder satisfacer nuestra sed. Pero el milagro no se cumple; era de esperar, y debemos de ponernos en marcha antes de que se nos seque el escaso cerebro que todavía nos queda.
Con la tráquea y la boca más seca que el desierto de Gobi, empezamos el descenso de la montaña siguiendo el PR.V- 54.2, que en principio transcurre por la vertiente que mira a la localidad de Cox.
Más adelante las marcas blancas y amarillas del PR nos acercan a un paso equipado con una sirga.
Siguiendo escrupulosamente el PR.V- 54.2 se traspasa un collado donde, y en la otra vertiente, veremos Callosa de Segura. Desde este punto un raudo y precipitado descenso, acuciado por la falta de liquido en nuestros cuerpos, nos lleva sin pérdida hasta la localidad, donde como yonquis en busca de metadona, nos metemos en el primer bar que vemos para darnos un merecido homenaje a base de jarras de dorada y espumosa cerveza. Este hecho no hace más que reforzar mi creencia en que no existe invención mejor en la humanidad que la que se obtiene con la elaboración de agua, lúpulo y cebada, un elixir digno de los Dioses pero al alcance de todos los mortales. Saludos a todo el personal, y hasta otra aventura menos calurosa y más refrescante.
Frases para la historia
"Cerveza, tú si que eres fiel" (Homer Simpson).
