PIC DE GER (2613 m). Arista des Coutchets (IIIº) / Pyrénées - Atlantiques (Francia).
La Arista des Coutchets al Pic de Ger es un recorrido poco conocido y que normalmente no suele aparecer en libros o publicaciones de montaña, es una de esas actividades fuera de los circuitos más frecuentados y famosos de los Pirineos, cosa que a nosotros nos pirra cantidad. El entorno es fabuloso, pese a la salvaje barbarie cometida con la estación de esquí y todo lo que ello conlleva y, que irremediablemente, afea y humilla este bello paisaje. La escalada, tranquila y sencilla, se desarrolla por unas magníficas placas calcáreas medianamente inclinadas, ganando en ambiente a medida que nos elevamos por esta cresta, sin duda es una de las actividades más bellas que podemos realizar del circo de Gourette.
ACCESO
Entrar en territorio francés por el Puerto del Portalet (Valle de Tena, Huesca), descendiendo por la D-934 a lo largo del Valle d´Ossau hasta un cruce señalizado, tomando a continuación la D-918 en dirección al Col d´Aubisque. Atravesar la población de Eaux-Bonnes para llegar seguidamente a Gourette, nuestro destino, con sus horripilantes edificios para albergar a la fauna esquiadora pistera que llega aquí todos los inviernos.
INFOTOPÍA
Desnivel
1450 metros.
Distancia
16 kilómetros.
Tiempo
8 a 9 horas, ida y vuelta.
Material
Cuerda, algún katxarro (friends), cintas largas y pies de gato (opcional).
Pic de Ger (2613 m). Arista des Coutchets (IIIº).
Gourette (1346 m).
Iniciamos nuestra ruta desde la estación del telecabina de Bézou, el cual nos sirve de referencia para subir a degüello bajo sus cables por la empinada cuesta de hierba.
Ganamos altura, llegando a cruzar la pista que viene de abajo. Subimos a matxete por un pequeño barranco, quedando a nuestra izquierda la impresionante mole de Pène Médaa.
No tardamos mucho en alcanzar la estación intermedia.
Seguimos caminando, tomando como referencia el Pic des Coutchets. Podemos ver el recorrido que vamos a realizar en esta dura jornada y que nos guiará a la cumbre del Pic de Ger.
Al fondo, de frente, asoma la enorme masa del Rognon de Ger. Impresionante.
Más arriba tendremos que girar a la derecha (oeste), dirigiéndonos, tras una corta y dura subida, al Col des Coutchets.
Col des Coutchets (2226 m).
Alcanzamos el collado que da acceso al inicio de la arista.
Desde el collado nos desviamos a la izquierda para afrontar la Arista des Coutchets.
Manteniéndonos sobre la línea de cresta encontraremos la roca más sólida. Cuanto más nos separemos del filo el terreno empeora, desarrollándose sobre placas no demasiado consolidadas.
En general, el terreno es tendido, excepto en la sucesión de resaltes que se alzan sobre el filo, y que concentran los pasos más difíciles (IIIº).
La uniformidad de las placas crea una sensación de vacío según ganamos metros. Nos fue muy difícil montar reuniones, por no decir imposible, debido a la morfología de la roca; obligándonos a progresar en ensamble.
El final de la arista nos lleva a un flanqueo algo expuesto por terreno inestable, ante las gigantescas placas que se descuelgan desde el Salon de Ger y que dan un aire de cierta severidad.
La atormentada cresta de Pène Médaa llama poderosamente nuestra atención.
El siguiente tramo de arista que separa las cumbres del Turon de Ger del Salon de Ger, es nuestro nuevo reto. Debemos superar una zona bastante afilada (roca delicada). Atención a este trecho que separa los abismos de ambas vertientes, mucho más expuesto que la Arista des Coutchets en sí.
Pasada la citada cresta, es imposible encontrar un punto donde montar reunión; o sea, es preferible que no falle el que viene de segundo, sino tenemos viaje garantizado al corral de los quietos. Lo bueno es que a partir de aquí las dificultades decrecen notablemente.
A continuación, remontamos sin más complicaciones la gran placa que nos lleva al Salon de Ger.
SALON DE GER (2611 m).
Nadie hubiese dado un puñetero duro por nosotros, pero aquí estamos, más contentos e ilusionados que un banquero realizando una nueva hipoteca.
Desde nuestra posición vemos lo que nos queda para alcanzar el Pic de Ger, la cima más elevada de este interesante recorrido.
Ahora, una sección de cresta fácil nos separa del Pic de Ger, para franquearla, descendemos algunos metros hasta la brecha que separa los dos picos. Una vez llegados a la brecha abordamos la última subida de la jornada.
PIC DE GER (2613 m).
Después de luchar unas cuantas horas por este mundo pétreo, cansados y torturados por un sol implacable, ponemos pie en la cumbre que da nombre a este cordal montañoso.
El tiempo apremia, y nos liamos de nuevo a darle a las piernas, acometiendo un rápido descenso.
Caminando hacia el sur, realizamos un flanqueo en dirección al Col de Ger.
Col de Ger / Col du Plaa Ségouné (2445 m).
Alcanzamos el collado, desde donde podemos admirar de cerca la cara norte del Pic d´Amoulat.
Por esta vertiente tan "guerrera" discurre la vía normal del Amoulat.
Echamos una mirada atrás, hacia el Pic de Ger, que es de donde venimos.
Desde el Col de Ger, bajamos por la vertiente opuesta (sur) a tomar el camino que atraviesa el oscuro canchal, dejando a la derecha el sendero que asciende al Col d´Amoulat.
El camino gira (NE) en un pronunciado descenso por la inestable pedrera, llevándonos a los Lacs du Plaa Ségouné, que quedan a la derecha.
El resto del camino hasta el punto de partida se realiza atravesando el Valle de Plaa Ségouné, siempre en compañía de las horrorosas heridas producidas por la execrable estación de esquí de Gourette.
Sin más, nos despedimos; con la convicción de que dentro de nosotros quedará este día como un recuerdo imborrable de nuestro paso por este maravilloso mundo.
TURON DE GER (2533 m).
Coronamos la primera cumbre de esta jornada, sorprendidos por el importante abismo que se abre hacia la vertiente este. Al fondo podemos ver la localidad de Laruns.SALON DE GER (2611 m).
Nadie hubiese dado un puñetero duro por nosotros, pero aquí estamos, más contentos e ilusionados que un banquero realizando una nueva hipoteca.
PIC DE GER (2613 m).
Después de luchar unas cuantas horas por este mundo pétreo, cansados y torturados por un sol implacable, ponemos pie en la cumbre que da nombre a este cordal montañoso.
Alcanzamos el collado, desde donde podemos admirar de cerca la cara norte del Pic d´Amoulat.
Sin más, nos despedimos; con la convicción de que dentro de nosotros quedará este día como un recuerdo imborrable de nuestro paso por este maravilloso mundo.